"153 tomos y 7 volúmenes" de Elisa Terroba

A mediados del mes de octubre, Elisa Terroba me escribió para ofrecerme escribir el texto que acompañaría a su próxima exposición, 153 tomos y 7 volúmenes en el espacio cultural Lamosa (Cuenca). Cuando una de tus artistas favoritas aprecia las palabras que con tanto gusto escribes sobre ella, es un gran, grandísimo halago. Por ello, además de invitaros a visitar su exposición hasta el próximo 28 de octubre, comparto con vosotros el texto que escribí para sus libros deconstruídos, fragmentados, mutilados, metamorfoseados y renacidos. El libro objeto es un contenedor de historias de los más versátil. Es un objeto fetiche que guarda todo lo que somos. Todo lo que podemos hacer con un libro, al fin y al cabo,es todo lo que podemos hacer con las historias que contiene.



"Un libro encierra todo lo que una vez fuimos y todo lo que podríamos llegar a ser. Es un objeto contenedor de historias, creado para comunicarlas y preservarlas, y cuya propia existencia puede llegar a interferir en la narración que alberga. A menudo las historias no son importantes por lo que nos cuentan, si no por cómo nos lo cuentan. El lenguaje vertebra nuestra existencia y da forma a nuestro mundo. Nombramos aquello que deseamos conocer. El objeto libro nació destinado a ser soporte de un lenguaje que puede ser hermoso, pero que también nos engaña y nos determina.


Y ahora el lenguaje contemporáneo ha sobrepasado los límites del libro. Las pastas gruesas y las páginas tipografiadas pudieran llegar a ser reliquias de un tiempo en el que los libros eran la única conexión del individuo con el mundo pasado, presente y futuro que le rodeaba. Ahora el lenguaje ha llegado a lo digital, que es efímero e irreal. El ser humano determina su sentido táctil en la posesión. Las estanterías llenas de libros representan un cúmulo de saberes a menudo inabarcable. Pero, ¿qué pasa cuando la palabra escrita es intangible y desaparece tan pronto la pantalla se apaga? Porque al cerrar un libro físico, sabemos que la historia continúa viviendo ahí adentro. Pero cuando el libro electrónico se apaga, ¿dónde nos espera?

El saber, al contrario de lo que siempre se nos ha dicho, sí que ocupa lugar. Ocupa el lugar que llenan estos 153 tomos y 7 volúmenes que Elisa Terroba ha transformado de lo ordinario a lo poético. Objetos analógicos cuya "fisicidad" importa más que nunca en la época de lo evanescente. Cada palabra de estos libros mutilados, metamorfoseados, embellecidos, reclama un espacio físico en nuestro mundo cotidiano. La elección de estos 160 títulos y la manera en que nos son presentados en esta sala no es arbitraria. Una vez más, el contenido del lenguaje viene determinado por la manera en que es expresado, y cada una de estas historias adquiere un nuevo significado debido al modo en que el objeto libro que lo contiene ha sido repensado y expuesto por la artista".



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