Una mirada al interior del estudio

Siguiendo con lo que empezamos, una curiosidad cotilla, algo voyeur, por el lugar donde crean los creadores, esta semana echamos un vistazo al interior del estudio de varios artistas. En una edición más, la iniciativa Open Studio nos ofrece la oportunidad de, durante los días del 22 al 25 de mayo, adentrarnos en los estudios de varios artistas contemporáneos de la capital. En concreto, más de 80. Además, de forma paralela se llevarán a cabo distintas actividades educativas, programas para profesionales y coleccionistas y se convoca el Premio a la Producción Artística de la Fundación Banco Santander.

Además de completar la oferta cultural anual madrileña, Open Studio es una oportunidad única para responder a la que pregunta que todos nos hacemos -o todo buen espectador/a que se precie debería hacerse-: ¿qué hay detrás de una obra de arte? Pues hay semanas, meses e incluso años de trabajo. Del germen de una idea anotado en la hoja de una libreta arrancada que ahora cuelga clavada con una chincheta en un corcho hasta la lista de colores y materiales y el álbum fotográfico que registra el proceso. Como decía en el anterior post, los hay metódicos y escrupulosos y los hay salvajes y desordenados. Nos imaginamos buhardillas de suelo, paredes y techo manchadas de escayola y chorretes de pintura y mesas improvisadas con paneles de contrachapado recubiertas de planos y cuadernos llenos de bocetos. Pero, ¿realmente son así los estudios de los artistas?

Te puede cautivar una obra, pero también su proceso creativo y la mente y las manos que se esconden detrás de ella. Acércate a mirar. Pregunta. Toca -si te dejan-. Quizás ese bulto que guarda polvo en una esquina lo veas en la próxima temporada de las ferias de arte contemporáneo. Todo empieza por ser nada.


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