El verano es para los libros

Para los que amamos la literatura, el verano es ese período soporífero que flota entre los éxitos de primavera y los esperados estrenos del otoño en el que podeos dedicar más horas de las habituales a tachar nuestra lista de lecturas pendientes. Los que "no tienen tiempo" para leer durante el año parecen alegir los calurosos y poco productivos julio y agosto para expíar sus penas de incultura y hacerse con dos o tres ejemplares para el periodo estival. También los hay que se bajan tomos de 700 páginas a la playa, sombrilla y botella de agua recién sacada del congelador en mano y sucumben a la fiebre del bestseller.

Seas del grupo que seas, y especialmente si eres de aquel que pasa su verano encerrado en la ciudad de siempre, soporífera, mmonótona y deshabitada a la vez que atestada de turistas asiáticos y europeos, Lit Ar Co te trae su pequeña y selecta lista de lecturas para este mes de trance asfixiante.


Una rubia imponente, Dorothy Parker (Ed. Nordica): la editorial Nordica ha sido la encargado de recuperar esta joya de la literatura norteamericana del siglo XX. Tras los dorados años 20 del jazz, el champán y las chicas que llevaban pelo bob, fumaban y conducían coches de lujo, el sueño americano se resquebrajó una vez más con el crack de la bolsa de 1929. Justo este año, una brillante, mordaz, cínica  y atractiva joven escritora y periodista, Dorothy Parker, publicaba el que sería su relato más conocido, Una rubia imponente, en Bookman Magazine. Hazel Morse, espléndida en apariencia, se desmorona en su tristeza al igual que los sueños deslumbrantes de la sociedad que la engulle. Con preciosas ilustraciones a cargo de Elisa Arguillé, un libro totalmente imprescindible.

Intemperie, Jesús Carrasco (Seix Barral): el autor extremeño ha sido una de las revelaciones de la literatura española de este año. Su prosa y su historia ha sido comparada con la de autores de la talla de Delibes o el norteamericano Cormarc McCarthy. Debuta a los cuarenta años sin ninguna prisa. Su estilo no sólo ha cautivado en España, si no que ha recibido excelentes críticas en medios internacionales y su novela será publicada en trece país. Intemperie dibuja una paisaje desolado y rural, inhóspito y de personajes tradicionales y crueles. Un chiquillo cruza este paraje ocultándose de su maestro, el alguacil del pueblo y de la violencia que le parece destinada.

Daniela Astor y la caja negra, Marta Sanz (Anagrama):Sanz es uno de los nombres más consolidados y reconocidos de la literatura española actúal. Para quiénes cometan el fallo de aún no conocerla, Sanz es Premio Nadal (2006) y finalista del Premio Herralde (2008). Después de Black, black, black y Un buen detective no se casa jamás, nos llega con una novela de aprendizaje e identidad, en la que dos niñas clase media baja revulsivas toman la decisión de ser musas por todos admiradas en los años en que, tras la muerte del dictador, la cultura llega a borbotones y el cuerpo de la mujer se convierte en objeto de arte, de culto y, también, de consumo.

La libreria, Penélope Fitzgerald (Impedimenta): esta novela, finalista del Booker Price, dio a muchos a conocer a la autora que estos días vuelve a las estanterías de novedades con Inocencia. Antes, mejor acercarse a esta anédota "tragicómica". Es la historia de Florence Green, que abre una librería en la costa de Suffolk en 1959, la primera del lugar. Las voces conservadoras del pueblo sumadas a un caprichoso poltergeist que habita el viejo edificio parecen querer echar su negocio abajo. Y en este cuadro de costumbres británico irrumpe una joya que amenaza con echar abajo los cimientos del pueblo: la perversa y brillante Lolita de Nabokov.

La banda que escribía torcido, Marc Weingarten (Libros del K.O.): Tom Wolfe, Jimmy Breslin, Truman Capote, Joan Didion, Norman Mailer, Gay Talese y Gunter S. Thompson son nombres conocidos para cualquier bien formado periodista y amante de las letras estadounidenses. Sus crónicas, a medio camino entre la realidad y la fiction, son auténticas obras maestras del periodismo del siglo XX y, por qué no, de la literatura realista. "Estaban allí para contarnos historias sobre nosotros mismos de un modo hasta entonces inaudito, historias sobre el estilo de vida de los años sesenta y setenta y sobre el sentido de todo aquello. Había mucho en juego. El tejido social se estaba desgarrando en fisuras, el mundo estaba patas arriba… Así que se convirtieron en nuestros sabios orientadores, nuestros heraldos, incluso en nuestra conciencia moral: en los nuevos periodistas".


Los superhéroes y la filosofía, Tom Morris y Matt Morris (Blackie Books): ¿acaso alguien duda que detrás de la figura del justiciero enmascarado que salva constantemente a la humanidad de manera aparentemente filantrópica de bizarros y superdotados genios del mal no se esconde un trasfondo filosófico-social apabullante? Entonces están en un error. Salve la moda de llevar al Joker en una camiseta o la S de Superman en los calzoncillos, la figura del superhéroe, genuinamente norteamericana y tan de moda n la cartelera estival, siempre y cuando sea abordada con calidad literaria y estética (lo que pocas veces se consigue en el cine pero sí en los cómics originales), trae consigo toda una serie de reflexiones, arquetipos sociales y ocultos deseos antagónicos cotidianos al hombre contemporáneo.


¿Mi lectura para pasar unos días en la playa? No es país para viejos de Cormarc McCarthy.

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