Familias de cereal , Tomás Sánchez Bellocchio (Ed. Candaya) Es mentira. No existe ningún manual de instrucciones para la familia. Si no, sería el más vendido de la historia de la Humanidad , más aún que la Biblia. Porque uno puede tener fe o no tenerla, pero todos tenemos familia. Hasta los que creen no tenerla: unos padres fallecidos, un hermano con el que hace años que no hablamos... Los ausentes también duelen, y, sobre todo, pesan en la memoria. Quizá sea eso que se dice de los lazos de sangre. O quizá sea algo mucho más complejo, de construcción tanto emocional como sociocultural. ¿Tenemos que querer a una persona por el simple hecho de que sea nuestra familia? ¿Se trata de la institución más básica e importante, pero a la vez tiránica, de la sociedad moderna? Hablar de familia es hablar de hogar, de cariño, de seguridad... pero también es hablar de secretos, de odios, de mentiras...
que blog más chulo!
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