Entrevista a la artista Isabel Gil

Conocí a Isabel Gil en la Feria de Arte Múltiple ESTAMPA. Cuando contemplaba uno de sus dibujos, ella se acerca a ofrecerme su tarjeta. Yo, improvisando, le dije que llevaba un blog de Arte y Literatura y que quizás algún día podría concederme una entrevista. Ella, sonriente, me dijo que por supuesto.


Esta mañana de Sábado me he encontrado con Isabel Gil en el barrio de Chueca. Ella es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, Máster en Gestión Cultural por la misma y Máster en Marketing y Dirección Comercial por el ESDEN de Madrid. En 2005 obtuvo una beca de artista residente para Santiago de Compostela y su obra, tanto pictórica y fotográfica, ha sido seleccionada en distintos concursos. Además, este año 2011 ganó el Áccesit del VI Premio Internacional de Arte Gráfico Jesús Núñez. Su obra ha sido expuesta recientemente en la Casa de la Cultura de Avilés, la Fundación Alvergonzález de Gijón, la galería El arte de lo imposible de Gijón y la galería Estamparte de Madrid. Además, ha participado en ferias como ESTAMPA y la Affordable Art Fair de Londres. Me lleva a un pequeño café y nos sentamos junto al ventanal. Dos cafés con leche. Sonríe y ríe mucho. Las palabras le salen a borbotones. Me regala un pequeño y maravilloso catálogo de los artistas que la acompañaron a la AFF de Londres. Saco la grabadora y ella, nerviosa, se prepara.




¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser artista?
Desde pequeña. Siempre me ha gustado dibujar, y cuando en 1º de EGB empezaron a preguntarme qué quería ser de mayor, yo decía que artista. Luego quise ser veterinaria, pero la física era muy difícil -se ríe-, así que seguí con mi vocación artística de siempre.


Entonces, ¿tú eres de los que cree que el artista nace, o que por el contrario se hace?
Yo creo que la necesidad de expresarse en distintas formas, tanto la escritura como la pintura o la música, es algo con lo que se puede nacer en muchos casos o que se aprende de un ambiente muy cercano. En mi caso fue de nacimiento, porque en mi casa nunca hubo ambiente de artisteo.


Eres Licenciada en Bellas Artes ¿este título otorga alguna garantía para acceder al mundo del Arte?
Dentro de la carrera hay algunos profesores que, además de ser funcionarios, siguen siendo artistas y tienen sus propias galerías o acceso a otras. Si contactas con ellos pueden facilitarte el acceso a estas primeras exposiciones, todo dentro de un circuito muy universitario, en sitios concertados. Y eso ya depende de que tú quieras hacerlo o no. Los profesores hacen una criba de alumnos, más que entre los que son buenos o no, entre los que realmente se interesan o no. El ser licenciado no te da garantía de nada. De los dos mil que se pueden licenciar cada año menos de cien seguirán el camino del artista. No es sólo cuestión de que haya circuitos o no, sino de que después de la carrera es muy difícil seguir produciendo sin ninguna orientación. De repente te encuentras con un vacío: soy yo la que se marca los objetivos, qué quiero hacer y cómo. Eso es lo más duro al acabar la carrera de Bellas Artes, que no tienes una profesión como tal. El ser artista no tiene ese reconocimiento, no hay empresas que busquen licenciados en Bellas Artes ni te van a ofrecer un trabajo. Es muy fácil perderse y empezar a buscar otra clase de trabajos. Sólo tienes garantía si de verdad crees en ti mismo.


¿Crees que está bien que el aprendizaje del artista esté institucionalizado o debería ser algo más íntimo e individual?
Creo que está bien que haya carrera y escuelas, porque las Bellas Artes siempre han sido algo que se ha aprendido en talleres con maestros. Necesitas una formación práctica de las herramientas y las técnicas, y luego tú desarrollas tu labor. Si tú quieres ser artista y te falta formación en las materias técnicas es igual que si un escritor no conoce las faltas ortográficas. Es una cuestión de limitación, de la impronta. Si no conoces la técnica con los años te verás muy coartado. Lo que me parece un error es creer que esta carrera te va a dar garantías de encontrar un trabajo relacionado con ella.


Cuando saliste de la carrera y ese circuito artístico universitario. ¿Te fue muy difícil acceder a las galerías?
Sí. Todos los que hemos intentado seguir por este camino nos hemos topado con lo mismo. Se te juntan dos cosas: que dejas de tener la guía que eran los profesores y que además nadie conoce ni tu nombre ni tu obra. Encima tienes el handicap de la edad: cuanto más jóven eres, menos credibilidad tienes. Las galerías no suelen apostar por gente joven. La búsqueda se orienta a encontrar circuitos, tanto públicos que ofrezcan salas de exposiciones, como privados. Si te dedicas sólo a mandar currículums y dossiers a todas estás perdiendo una cantidad de energía y dinero increíble, porque muy pocas galerías están interesadas. El problema basicamente es que en España se apuesta muy poco por el arte emergente.


Tú que ya has expuesto en galerías como El arte de lo imposible y ferias como ESTAMPA o la AAF de Londres, ¿notas que se te ha allanado el camino hacia los galeristas o sigue siendo igual de complicado?
El curriculum tiene más líneas que antes, y el haber estado en ferias, otras galerías o haber ganado becas de cara al futuro va pesando. El problema ya no es tan acuciado pero sigue estando. El trabajo como artista da cero o casi nada de dinero. Siempre tienes la duda de ¿lo intento? ¿sigo apostando por mi o lo dejo?


¿Qué experiencias sacaste de estas ferias?
Un montón. Es agotador. No sólo está expuesta tu obra sino también tú. De esto me advirtieron dos amigas compañeras de stand: Anna Pownall y Cristina Gayarre. Estás expuesta a los comentarios de la gente, lo que hacen o dejan de hacer delante de tu trabajo. Tienes que tener la cabeza muy serena y fría tanto para soportar el cansancio físico de estar cuatro días de pie hablando y que, aunque lleguen cuatro personas a las que no les guste tu trabajo -que tienen todo el derecho del mundo a pensarlo-, no puede afectarte que digan que es una mierda. Tienes que tener muy claro que tu trabajo no es para nada una mierda, puede gustar o no gustar, pero no lo es, porque has estado muchos años destrás de esto. También hay que agradecer los comentarios positivos que te llegan. Estás acostumbrado a los halagos de amigos y familiares, pero cuando es alguien de fuera, sin compromiso, es un ¡chapó!


¿Crees que ésta es una mala época para el Arte en España?
Siempre ha sido mala época para el Arte en España. Con Franco la censura, la Movida Madrileña de la que se beneficiaron dos y al resto le hicieron sombra. Y ahora, este rollo de la crisis. A nivel de ventas para gente con recursos normales es complicado, se piensa todo mucho más. Pero la gente que de verdad lo quiere se puede hablar con ella y negociar el precio. El Arte siempre es el camino difícil.


¿Cómo crees que se podría ayudar a los jóvenes artistas emergentes?
No soy muy optimista con esto. A nivel público hasta ahora ha habido bastantes subvenciones -aunque ahora a ver con los nuevos recortes-, pues para artistas, dentro y fuera de la carrera, para exponer, producir obra... tanto a nivel nacional como autonómico. Pero el problema de las galerías privadas es que la cultura de los galeristas no se cambia por Decreto Ley; ellos creen o no creen en tu trabajo y no hay más. Y además influye que crean o no en el apellido de tu familia y tus contactos. Si que veo la posibilidad de que emerjan nuevas galerías llevadas por gente joven o con otros criterios diferentes a los que han tenido las grandes galerías españolas hasta el momento, pero si eso no se produce, ese cambio del concepto galerista, no creo que haya un cambio para mejor para los futuros artistas.


Ahora se habla mucho de jóvenes artistas que se mudan a capitales europeas de Alemania, Reino Unido, Dinamarca... ¿Te lo has planteado alguna vez?
Todos los días -se ríe-. Lo único que me ata a España y Madrid son motivos personales, pero no laborales ni desde luego artísticos. Sé que este no es el país. Aunque ya tengo 32 años estoy en ese limbo en el que tienes el complejo de Peter Pan. No termino de ser consciente de que el tiempo se me pasa más rápido y tengo menos tiempo para hacer estas cosas. Pero si mis motivos personales aquí cambiasen querría salir de España ya, a Estados Unidos o Europa, pero fuera de aquí. Éste no es país para artistas.


Entonces ¿no crees que el arte pueda ser un medio de vida? ¿Es necesaria otra profesión?
No, nunca. Yo trabajo en una editorial como maquetadora de libros. No conozco a ningún artista que vivan solo de ello. Trabajan a media jornada o son autónomos, casi todos dedicados al mundo de la gráfica publicitaria. Luego llevas por otro lado tu vocación artística, lo que va a mermar la calidad de tu obra. Es una de las cosas que muchos galerístas recriminan a los artistas españoles, que su calidad y acabado es mucho más baja que la de los europeos. Pero claro, si yo estuviese en Dinamarca y me pagasen por tener hijos y estudiar sería artista a tiempo completo y mis obras serían mucho mejores, sólo por el tiempo que le puedo dedicar a pensar en ellas y trabajarlas. Aquí sólo se lo puedo dedicar por las tardes. 


Si pudieses, ¿te dedicarías exclusivamente al Arte o querrías tener además una profesión?
Plenamente al Arte. Si yo supiese que llego a fin de mes con mis dibujos yo sólo me dedicaría a ellos. Este año estoy recogiendo los frutos de que el anterior estuve en paro y me dediqué a tiempo completo a ser artista. Artista en activo y parada laboralmente.


Ese mundo del arte que sale en periódicos y revistas, Nueva York y Londres, subastas en Sotheby´s, Murakami... ¿Te sientes parte de él o es algo ajeno para ti?
Es totalmente ajeno a mi y casi todo el mundo que por ejemplo se pudo ver en ESTAMPA, salvo los Tapies, Miró, Barceló y Chillidas. Son dos mundos del arte distintos. Ese tiende más a la especulación monetaria que al puro arte en sí. No me veo identificada y no aspiro a él. No quiero que me pase nada parecido. En Londres, como hay mucha más cultura de inversión en arte, ha habido muchos casos de chavalitos jóvenes, uno de ellos que yo conocí, que fue visto por uno de esos tíos muy importantes que le compra toda la obra para especular. A los dos años la vende toda a precio de saldo y ha hecho mierda al artista, porque nunca más va a poder volver a plantearse vivir de su arte. Esa especulación, ARCO... ni me quiero arrimar. Prefiero llegar a gente como yo.


¿Por qué te decidiste por las artes gráficas?
Las compagino también con el dibujo. Nunca he sabido pintar. No domino el color, se ve en mi obra, que es bastante parca. Yo de pequeña siempre dibujaba. Nunca pedí picneles ni un lienzo. Y la escutura me ha gustado mucho hacerla, pero en la facultad me di cuenta de que era muy poco viable dedicarse a ello: necesitas mucho espacio, muchas herramientas caras... Y con muy pocas salidas, casi únicamente que te lo compre instituciones públicas. Disfrutas mucho haciéndolo pero ser escultor es de lo más difícil de este mundo.


¿De dónde surgen las ideas y tenas de tus obras? ¿En qué te inspirars?
Basicamente en mí misma, no como concepto único e irrepetible, sino porque todos somos muy parecidos. Nos cambian las formas y cuatro cositas más, pero los sentimientos son motivos comunes a todos. Recurro a estos sentimientos, emociones y estados de  ánimo. Aunque la figura representada sea un «yo» la gente si identifica. Olvidas que cara hay y te quedas con las emociones que transmite. Busco comunicarme con la gente.


¿Cómo es el proceso de creación de tu obra?
Le dedico tiempo por las tardes para hacerlo, pero el pensarlo es un run-run constante. En ese sentido respondo un poco al prototipo de artista atormentado, porque cuando más triste o afectada estoy, más ideas se me ocurren. No quiere decir que las ideas sean negativas, pero en ese estado las ideas están más reconcentras en mi cabeza y surgen más cosas, porque cuando estoy alegre me apetece disfrutar y ya está, no estoy pensando en hacer nada. También me influencian las lecturas que hago y me sugieren muchas cosas.


¿Como qué lecturas?
De todo. En la carrera leí ensayos a tutiplen, desde existencialistas hasta nihilistas, un millón de cosas. Y ahora como ya no me apetece tanto leer ensayos, que me entristecen, pues novelas de todo tipo, sobre todo de fantasía, algo alegre.


Esas obras que creas luego pueden acabar colgadas en la pared del salón de un desconocido ¿Qué opinión te merece el coleccionista?
Pues eso es algo que ha cambiado hace poco. Antes me daba rabia que la gente me comprase los trabajos y se los llevase a su casa porque los sentía como hijos míos y me resultaba muy duro desprenderme de ellos. Pero claro, llega un momento en el que no tienes espacio en acsa para almacenar ni tus propias obras. Y ahora la verdad es que disfruto un montón cuando mis obras se van a otros sitios y forman parte de otras vidas y de otros hogares. Eso me da muy buen rollo. He conseguido mi objetivo: transmitir y comunicar.




Puedes conocer la obra de Isabel Gil Sánchez en http://isabelgilsanchez.blogspot.com/

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